Septiembre-Octubre 2013

Al oeste del 97% de los bosques hiper-diversos en las tierras bajas amazónicas de Loreto, existe una cordillera aislada, donde florecen increíbles bosques y cascadas, producto de los vientos que traen neblina y lluvia. Estas aguas corren hacia el este hasta los ríos Huallaga y Marañón. Aproximadamente 20.000 indígenas Shawi viven aquí, y varias rocas llenas de petroglifos indican habitantes han vivido allí durante siglos.

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Conocida como Casa de Cumpanamá, la roca más grande muestra imágenes de vida silvestre, naturaleza, y humanos con las manos extendidas hacia arriba. Igualmente, los shawi celebran estas montañas por sus regalos y a diferencia de la región vecina, han mantenido sus territorios en la Cordillera Escalera sin vías y silvestre que alberga diversidad y endemismo, incluidos peces Astroblepus que escalan cascadas, poblaciones saludables de mono choro de cola amarilla en peligro crítico.

 

El futuro de estos bosques y del pueblo Shawi depende de su protección. Debido al actual clima cambiante, la flora y la fauna necesitan la continua variación altitudinal para migrar hacia temperaturas más frescas. Proteger la Cordillera Escalera-Loreto y las montañas adyacentes en San Martín creará un paisaje de conservación continuo de 2,5 millones de hectáreas de bosques montanos que abarcan el Parque Nacional Cordillera Azul a través de las montañas Escalera, Manseriche y Kampankis, hasta llegar a la Cordillera del Cóndor en la frontera Perú-Ecuador.