Agosto-Septiembre 2000

El espectacular paisaje del norte de la Cordillera Azul—2,5 millones de hectáreas entre los ríos Huallaga y Ucayali en el centro de Perú—es la extensión de bosque más grande e intacta de bosques montanos en el Perú. La inmensidad y naturaleza intacta de la región, llevó a la inclusión de la Cordillera Azul norte dentro de las 38 áreas prioritarias para la conservación en el Perú (Rodríguez 1996, Red Ambiental Peruana 1999).

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Muy poca gente vive dentro de la cordillera. La cara oriental es una roca empinada con casi ninguna “huella” humana, y al oeste los campos de coca están siendo abandonados y el bosque se está recuperando. Al norte, los colonos solo se aventuran al borde en los pequeños afluentes. Una gran concesión maderera al este representa una gran amenaza, atrayendo más colonización y actividades dañinas, que necesitarán un plan de gestión integral.

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En 1999, el sector privado y autoridades responsables de la transferencia de tierras a concesiones privadas, recomendó en 1999 un nuevo Parque Nacional dentro de la norte de la Cordillera Azul. El inventario deseó obtener información biológica para apoyar esfuerzos de conservación, antes de que aparezca la fragmentación del hábitat.